El ladrón y el genio

El ladrón y el genio    Érase una vez un hombre llamado Pedro. Pedro era un ladrón. Había robado en tiendas, casas, bancos… Pero se sentía arrepentido de ello. Un día caminaba triste por la calle y vio una botella en el suelo a la que dio una patada. El tapón de la botella se abrió y salió un enorme genio, muy serio y de color blanco. Pedro aterrorizado gritó ¡Un fantasma! ¡Socorro! ¡Socorro!     Aquel ser extraño le explicó que no era un fantasma, sino un genio que podía concederle cualquier deseo. Pedro le pidió que deshiciera todos los males que había hecho. El genio obedeció, y reaparecieron todas las cosas robadas.     Pero Pedro estaba un poco preocupado ¿Qué podría hacer ahora que ya no quería ser un ladrón? El genio no se lo pensó dos veces: Pedro sería ayudante de genio, porque los humanos pedían y pedían muchos deseos y no podía cumplirlos todos él solo. Así fue como Pedro consiguió un trabajo para hacer el bien al mundo.       Consejo: Si vas caminando por la calle y ves una botella, piénsatelo dos veces antes de tirarla, pues pueden estar ahí el genio y su ayudante Pedro para concederte tus deseos.